Quisiera ser el engranaje que mueva el mundo,
quisiera ser el agua que permite crecer las flores.
Quisiera ser el vino que emborracha y ser la carcajada que alivia el alma,
quisiera ser la luz para poder tocar cada segmento de tu cara.
Quisiera ser el viento para acariciar tu espalda
y vivir en tus brazos cuando me aprietan a tu pecho,
para sentirme volando entre las nubes en el cielo.
Quisiera sentir la muerte para verte cuando despierte.
Quisiera ser el agua para envolverte lentamente
y sentir poco a poco tu piel mojada
que me lleva a viajar cuando está bien helada y me eriza de repente,
me despierta y me duerme, me excita y me relaja,
me lleva y me retiene, pero no se detiene.