Golondrinas negras I

Golondrinas negras I
Fotografía por: mentaltimetravel en Pixabay

Golondrinas negras I

Acá estoy, de verdad o de memoria. Al final todo se resume a esto: un tipo sentado en su escritorio ejerciendo el peligroso papel del funámbulo al borde de sus peripecias. Pero estoy, de verdad o de memoria. Escribo el fado más triste que me permito bajo la connivencia de un piano melancólico, quizá en Portugal se disgusten. Total no soy artista y en el fondo me gusta hacer rap, pesaroso y afligido.

Afuera llueve, esas cosas de la primavera que no se entienden. Las gotas retraídas me reflejan con un pequeño rayo del sol y puedo verlo; tengo una herida en el pecho que no sé si quiero curar, tal vez no hoy, tal vez no mañana. Me conformo con habitar el futuro, ese alternativo en el que yo no estaba solo, a pesar de que el futuro ahora roce el paladar con el gusto del pasado.

Me lavo la conciencia diciendo no fue mi culpa, las nubes negras son la aflicción de la bóveda celeste, el cielo llora la desidia del sol y la luna se cubre con la noche por placer. Que se hagan cargo los días oscuros de sus tragedias. El tiempo pasa, duele y lo sigo sangrando aquí adentro. Mañana el sol hará las paces con el firmamento y seré testigo de esa tregua aunque yo diluvie por dentro.

No dejo de pensar, pensarme y… Parece invierno mientras escribo sobre un cuaderno desvalido. No es el tiempo, es el abandono de recuerdos. Me escuecen los fragmentos de mis sueños rotos, que antes no eran propios. Escribo, de verdad o de memoria.

Cristian Arango