Primo en segundo grado

Primo en segundo grado
Fotografía por: Consuelo Correa

Primo en segundo grado

Ojalá te duela, primo. La ausencia premeditada, el lío con el cabello tieso, las quimeras verdeazules con que miras al mundo. Que seas rico para que extrañes la fortuna de ser pobre. Que te enamoren sin pretensiones eternas, en segundos que creen mundos faltos de oxígeno, abundantes de nada más que las sinuosidades de dos sonrisas. Que veas la fortuna y extrañes al cóndor. Anhelo que en tu pereza de domingo te asista la imagen del sancocho familiar. Y si el corazón se agita en soledad, déjate atrapar por la atarraya de la melancolía, por la pulpa deshilachada de sabor a recuerdo. Corre hasta aquí, aunque no esté, avanza hasta mi entrada, así no viva, abraza mi alma, así carezca de cuerpo. Deja que tu corazón, arañado por espinas, palpite hasta la sonrisa de la viejita que te crio. Aunque la vida rapaz te ultraje a los que amas, búscalos en la orilla de tus recuerdos. Mata y déjate matar por tus vicios, renace, sé etéreo como las cenizas, pulula cicatrizado y no olvides, que este, tu primo, transita tus venas, vive tus sueños, y más allá de la muerte severa, nacerá con cada sonrisa que lances al viento por erratas y aciertos.

Salud, primo en segundo grado, hermano en primero.

Daniel Muriel